El Gran Fondo de Siete Aguas presume de ser la prueba atlética más importante del verano en España y también la más internacional. No obstante, en la XXXIII edición de esta carrera, que se celebró ayer en la localidad valenciana, los primeros en traspasar la meta no eran de nacionalidad etíope o marroquí como suele suceder en este tipo de competiciones. Los campeones fueron Alberto Lozano y Azucena Díaz.
Los españoles, con un tiempo de 48:19 y 55:23
respectivamente, llegaron exhaustos a la meta en una carrera que ambos
tildaron de «rompepiernas». Para Azucena, las constantes subidas y
bajadas «hacen que la carrera sea muy dura». Además, la atleta madrileña
reconoció que la victoria le ha servido para quitarse la espina de no
poder participar en los Juegos Olímpicos: «La lesión de hace cuatro
meses no me dejó ni siquiera intentar ir a Londres, pero ahora estoy
contenta porque la carrera ha sido muy difícil y Isabel Checa me ha
seguido muy de cerca hasta el final».
Por su parte, Lozano cumplió con lo que había vaticinado
horas antes de empezar: «Dije que venía con la intención de ganar y es
lo que he hecho. El tiempo para mí no es importante, porque si te fijas
en eso al final es como correr contra fantasmas. Mi filosofía es ganar a
los que tengo al lado en cada prueba».
Siete Aguas se visitó de gala para afrontar esta nueva
edición del Gran Fondo y el colorido fue uno de los factores más
destacables de una prueba que contó, como viene siendo habitual, con un
ambiente festivo y que saca al pueblo entero a las calles.
La clásica cita reunió este año a menos atletas de élite
de lo habitual, aunque pese a todo, el número de dorsales rondó las
mismas cifras que el año anterior. Si bien es cierto que los olímpicos y
profesionales que han pasado por Siete Aguas a lo largo de la historia
son los que han dado prestigio a la prueba y la han consolidado como la
más atractiva del verano, el participante amateur aporta la esencia de
la carrera, y en el Gran Fondo, el éxito de asistencia está garantizado
por lo arraigado de la competición.
Los que ya no corren, comentan en corros anécdotas de
cuando sí lo hacían. Algunos exageran sus tiempos del pasado mientras
otros hacen viajes desde otros puntos de España sólo para ver la prueba.
El pueblo expulsa pasión por el atletismo e inculca a los menores esa
sana costumbre. Pero también los más veteranos se apuntaron a
participar. Labrador, de 75 años, completó la dura prueba en la que no
faltaron más atletas de su quinta.
Presente estuvo el campeón de la primera edición,
Teodoro, que no se animó a correr pero que deseó la continuidad de la
mítica carrera y no descartó volver en el futuro: «Nunca digas de éste
agua no beberé», señaló. Con o sin él, el Gran Fondo de Siete Aguas
volverá a ser nido de atascos y masificación el año que viene.
Como siempre espectacular,ambiente, recorrido,y gracias al video de llegada se ve como el dorsal 121, no entra en meta(no realizo la carrera)y alguien llevaba dos chips,se clasifico 2ª se la categoria E,con un tiempo de 1 h 08 59,un poco de decencia,observad el video de corriendo voy y vereis entrar el 139 pero no el 121.
ResponderEliminarAlguien sabe un mail de contacto con la organización?
ResponderEliminarA pesar de llevar el chip toda la carrera y devolverlo al finalizar la misma no salgo en las clasificaciones, creo que me merezco alguna explicación ya que la inscripción no es barata.
Gracias y saludos.